Hay muchas personas que relacionan la celiaquía con la limitación de no poder comer alimentos que contienen gluten como el pan, galletas o pasta. Pero la realidad va mucho más allá. Cuando alguien que sufre celiaquía tiene que ir a hacer la compra es imprescindible que consulte el etiquetado, y no solo por los ingredientes en sí, sino también por los aditivos que puede contener el producto.
Empecemos por el principio. ¿Qué es un aditivo alimentario?
Se trata de sustancias que no se consideran un alimento en sí mismo y que, además, no posee ningún valor nutricional. Sin embargo, se añade a alimentos y bebidas con la intención de modificar el proceso de elaboración o de conservación.
Añadir aditivos a los alimentos y bebidas puede hacer que ciertos productos que por sus ingredientes deberían ser aptos para las personas celíacas pasen a no serlo. Por esto es tan importante un etiquetado claro y con toda la información.
¿Qué aditivos pueden contener gluten?
Los almidones modificados. Son estabilizantes y provienen de los cereales. El fabricante está obligado a indicar el cereal original y si lleva gluten o no.
¿Cómo puedes identificarlos? Todos los aditivos deben estar señalados en la etiqueta del producto. Siempre empezarán por E y, en el caso de los almidones modificados, irán seguidos de 4 cifras (del 1404 al 1450).
Estos aditivos suelen encontrarse en elaboraciones como salsas, mayonesa, cremas, sopas, pastas, snacks, lácteos, gominolas, cacao en polvo, refrescos, zumos o derivados cárnicos.
¿Hay aditivos alimentarios sin gluten?
¡Por supuesto! De hecho, los únicos aditivos que pueden contener gluten son los almidones modificados que, como hemos explicado anteriormente, están indicados con la letra E seguida de 4 cifras (del 1404 al 1450).
Los aditivos que están indicados con una E y 3 cifras más son colorantes, conservantes, antioxidantes, estabilizantes, edulcorantes y saborizantes que no contienen gluten.
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