A pesar de los avances en el conocimiento sobre la celiaquía, todavía existen muchos mitos que generan confusión tanto entre quienes la padecen como en el resto de la sociedad. Estos mitos no solo perpetúan ideas erróneas, sino que pueden dificultar el diagnóstico y el manejo adecuado de esta enfermedad. A continuación, desmontamos algunos de los mitos más comunes sobre la celiaquía.
Mito 1: La celiaquía es una alergia al gluten
Realidad: La celiaquía no es una alergia, sino una enfermedad autoinmune.
Cuando una persona celíaca consume gluten, su sistema inmunológico reacciona de forma exagerada, atacando el revestimiento del intestino delgado. Esto causa daño a las vellosidades intestinales, encargadas de absorber nutrientes. Por otro lado, las alergias implican una respuesta diferente del sistema inmunológico, como la producción de anticuerpos que generan síntomas inmediatos (por ejemplo, dificultad para respirar o erupciones). Aunque ambas condiciones requieren evitar ciertos alimentos, sus causas, manifestaciones y tratamientos son distintos.
Mito 2: Un poco de gluten no hace daño
Realidad: Incluso una cantidad mínima de gluten puede ser perjudicial para una persona celíaca.
Para quienes padecen celiaquía, la exposición al gluten, por pequeña que sea, puede desencadenar una respuesta autoinmune. Esto no solo provoca síntomas inmediatos (como dolor abdominal o fatiga), sino que también causa daño interno al intestino delgado, aumentando el riesgo de complicaciones a largo plazo como desnutrición, osteoporosis o incluso ciertos tipos de cáncer. Por eso, es fundamental evitar cualquier traza de gluten, incluyendo contaminación cruzada.
Mito 3: La celiaquía solo afecta al sistema digestivo
Realidad: La celiaquía puede afectar a todo el cuerpo, no solo al sistema digestivo.
Si bien los síntomas digestivos (como diarrea, hinchazón o dolor abdominal) son comunes, muchas personas celíacas experimentan manifestaciones extraintestinales, como:
- Fatiga crónica.
- Anemia por deficiencia de hierro.
- Problemas en la piel (dermatitis herpetiforme).
- Dolores de cabeza y migrañas.
- Problemas neurológicos, como niebla mental o neuropatía.
- Infertilidad o abortos recurrentes.
La celiaquía es una enfermedad sistémica, lo que significa que puede afectar múltiples órganos y sistemas.
Mito 4: Es solo una moda comer sin gluten
Realidad: Para las personas celíacas, comer sin gluten no es una elección, sino un tratamiento médico necesario.
Aunque el aumento de productos sin gluten ha hecho que esta dieta se popularice entre personas que no tienen una necesidad médica, es importante diferenciar entre quienes eligen evitar el gluten por moda y quienes deben hacerlo para proteger su salud. Para los celíacos, seguir una dieta sin gluten estricta no es opcional, ya que es el único tratamiento efectivo para la enfermedad.
Si bien esta tendencia ha tenido el beneficio de aumentar la disponibilidad de alimentos sin gluten, también ha generado una percepción errónea de que la dieta sin gluten es superficial, lo que minimiza la seriedad de la celiaquía.