En los últimos años, y cada vez más, el gluten está siendo objeto de debate en el mundo de la nutrición y la salud. Muchos lo han demonizado, mientras que otros defienden su inclusión en la dieta. Una cosa está clara: para las personas que sufren celiaquía, eliminar el gluten de su dieta es el único tratamiento existente para evitar los daños que les puede causar la ingesta de este.
A continuación, explicaremos qué es el gluten y si puede afectarte a nivel nutricional dejar de comerlo.
¿Qué es el gluten?
El gluten es una proteína presente en cereales como el trigo, la cebada y el centeno. Esta proteína amorfa actúa como elemento aglutinante, por eso es responsable de la elasticidad de las masas y de la textura esponjosa de muchos productos horneados. Pese a su utilidad en la cocina, el gluten no aporta valor nutricional significativo que pueda sustituir con otros alimentos.
¿Eliminar el gluten de la dieta puede afectar a nivel nutricional?
La respuesta corta es no. El gluten no es una proteína indispensable para la salud. No contiene vitaminas ni minerales esenciales, por lo que su eliminación de la dieta no debería, en teoría, tener un impacto negativo en términos de nutrientes. Sin embargo, la eliminación del gluten puede tener consecuencias indirectas si no se gestiona adecuadamente y con consejos de profesionales de la nutrición.
Eliminar el gluten en sí no debería afectar a tu salud, pero eliminar alimentos que contienen gluten sin saber cómo sustituirlos por otros que puedan aportarte el mismo valor nutricional, sí.
Además, es importante destacar que eliminar el gluten es vital para las personas con enfermedad celíaca, pero no debe ser una moda, una dieta de adelgazamiento o un capricho.
Qué tener en cuenta a la hora de eliminar el gluten
Eliminar el gluten de la dieta puede presentar ciertos desafíos, sobre todo tras el diagnóstico. Uno de los principales problemas es que puede reducir la ingesta de fibra si no se presta atención a la sustitución adecuada de alimentos. Los productos que contienen gluten, como el pan y la pasta integrales, son buenas fuentes de fibra dietética. La fibra es esencial para una digestión saludable, y su déficit puede llevar a problemas gastrointestinales como el estreñimiento.
Para compensar la falta de fibra, se recomienda incrementar el consumo de frutas, verduras y hortalizas. Estos alimentos son ricos en fibra y otros nutrientes esenciales que contribuyen a una dieta equilibrada.
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