Hay entre 450.000 y 900.000 personas diagnosticadas con celiaquía en España, lo que supone entre un 1 y un 2% de la población española.
Aun así, es una enfermedad muy desconocida en nuestra sociedad e infradiagnosticada, ya que se estima que un 85% de las personas con celiaquía no están diagnosticadas.
Este desconocimiento ha hecho que se extiendan algunos mitos sobre la enfermedad que queremos desmentir y explicar.
¡Vamos allá!
MITO 1: La celiaquía es la alergia al gluten
La celiaquía es una enfermedad autoinmune, multisistémica y crónica provocada por la ingesta de gluten y sus derivados. Existe cierta predisposición genética entre las personas que la sufren y puede aparecer a cualquier edad.
La Enfermedad Celíaca se caracteriza por el daño que sufre la mucosa del intestino delgado al ingerir gluten: una atrofia de las vellosidades intestinales que desencadena en una inadecuada e insuficiente absorción de los nutrientes.
Existen otras enfermedades como la alergia al gluten o la sensibilidad al gluten, pero es importante no confundirlas entre ellas, ya que cada una tiene sus propias características.
MITO 2: No pasa nada por comer un poco de gluten
¿Cuántas veces te habrán dicho “por un día no pasa nada” o “solo son unas migas de pan…”? Estamos seguros de que muchísimas y que, además, al contestarles, te habrán dicho que exageras o que eres demasiado tiquismiquis.
Pues no. No exageras.
Es verdad que un día puedes comer gluten y no tener ningún síntoma visible como diarrea o vómitos, pero como hemos comentado en el punto anterior, el gluten lesiona la mucosa del intestino.
Y sí, eso sucede siempre que una persona con Enfermedad Celíaca consume gluten. Así que, aunque no notes ningún síntoma, es importante que sigas una dieta estricta evitando el gluten.
MITO 3: Los síntomas de la celiaquía son solo vómitos y diarrea
En el mito anterior hemos mencionado estos dos síntomas porque son los que más se relacionan con la celiaquía, pero al tratarse de una enfermedad multisistémica puede afectar a varios órganos y sistemas.
Los síntomas más frecuentes son la pérdida de peso y de apetito, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, alteraciones de carácter, dolor abdominal, anemia… No obstante, debemos tener en cuenta que hay otros menos comunes, atípicos o, incluso, que pueden no manifestarse, lo cual dificulta el diagnóstico de la enfermedad.
Además, la celiaquía puede estar relacionada con otras enfermedades, como por ejemplo, la diabetes tipo I. Según datos del Dr. Luis Vaquero, del Hospital de León, entre el 3 y el 8% de los pacientes con diabetes tipo I también sufren celiaquía.
El Protocolo de Diagnóstico Precoz de la Enfermedad Celíaca publicado por el Ministerio de Sanidad en 2008 incluye la diabetes tipo I como grupo de riesgo de Enfermedad Celíaca.
MITO 4: Yo conocí a una persona que se curó
La Enfermedad Celíaca, además de ser multisistémica y autoinmune, es crónica. Hoy en día no existe ningún tratamiento para la celiaquía, por lo que no tiene cura.
Seguir una dieta estricta sin gluten ayudará a que desaparezcan los síntomas, pero como desmentíamos en el mito 2, aunque no haya síntomas, la mucosa del intestino delgado se sigue dañando y afectando al cuerpo.
Resumiendo, se puede llegar a vivir sin síntomas derivados de la celiaquía evitando el gluten, pero eso no significa que alguien se haya curado de la Enfermedad Celíaca.
MITO 5: Es suficiente con informar de los alérgenos en las cartas de los restaurantes
Comer fuera de casa es muy difícil para cualquier persona con celiaquía. Si bien es cierto que los restaurantes están obligados a disponer de la carta de alérgenos de todos sus platos, para las personas con Enfermedad Celíaca esto no es suficiente.
¿Has oído hablar de la contaminación cruzada? No entraremos en detalle en este artículo, pero lo podemos resumir en que es la gran enemiga de los celíacos. Sobre todo, cuando van a un restaurante.
Al principio del artículo hablábamos sobre el gran desconocimiento que hay sobre esta enfermedad y, por desgracia, esto también se traslada al mundo de la hostelería.
En muchos restaurantes veremos platos marcados con el símbolo “sin gluten”, pero que un plato no lleve como ingrediente ningún alimento que contenga gluten, no significa que sea apto para personas con celiaquía. Para que un plato sea apto, es totalmente necesario que se haya evitado la contaminación cruzada en todo el proceso de elaboración. Es decir, que se hayan usado utensilios exclusivos, que no se haya cocinado con nada que lleve gluten, que no se use una freidora que previamente ha cocinado otro alimento con gluten, haber limpiado las tablas de cortar por si quedan migas…
Como ves, son muchísimas las cosas que las personas con celiaquía deben tener en cuenta. Por eso es responsabilidad de todos aprender un poco más sobre la enfermedad e intentar hacerles la vida un poco más fácil, cómoda y segura.
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